14.5.06

San Matías - 14 de Mayo - "el santo de la Buena Suerte"



Aunque hoy es Domingo y tiene privilegio en la liturgia la Resurrección de Jesús, sobre todo en tiempo pascual,


Mayo 14: San Matías apóstol
Hoy celebra la Iglesia a san Matías apóstol. De él no tenemos muchas referencias. Lo único que sabemos es que fue uno de los seguidores de Jesús desde el inicio de su ministerio en el Jordán. Al parecer murió decapitado predicando en Etiopía. Nuestra reflexión la podríamos hoy centrar en la fidelidad. Nuestro santo fue escogido entre otras cosas porque le fue fiel al Maestro, durante toda el tiempo de su ministerio. Si bien no fue llamado originalmente a ser uno de los 12, su fidelidad y amor a Jesús y al Reino lo llevó finalmente a ser uno de los encargados de difundir de primera mano el Evangelio. Nosotros, como Matías, que no hemos sido llamados a ser testigos "oculares" de la vida y resurrección de Cristo, si lo hemos sido por nuestro bautismo. Clemente de Alejandría, basándose en la tradición, afirma que San Matías fue uno de los 72 discípulos que el Señor envió a predicar durante su ministerio. Los hechos de los Apóstoles afirman que Matías acompañó al Salvador, desde el Bautismo hasta la Ascensión. Cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas, los candidatos fueron José, llamado Bernabé y Matías. Finalmente, la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. El Espíritu Santo descendió sobre él en Pentecostés y Matías se entregó a su misión. Clemente de Alejandría afirma que se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Esta lección la había aprendido del mismo Jesucristo. Se dice que es el santo de la "buena suerte" por que "se hechó a suertes" para reemplazar a Judas.

Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio, que sufrió persecuciones de parte de los pueblos bárbaros donde misionó y obtuvo finalmente la corona del martirio en Cólquida. Los "Menaia" griegos sostienen que fue crucificado. Se dice que su cuerpo estuvo mucho tiempo en Jerusalén y que Santa Elena lo transladó a Roma.


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