26.11.08

El milagro de la canonización de San Juan Berchmans



En la comunidad de la Sociedad del Sagrado Corazón en Grand Coteau, Louisiana, Estados Unidos el 14 de diciembre de 1886 San Juan Berchmans se apareció a Sor Mary Wilson, postulante, nacida en New London, Canadá, de familia de origen anglicano, los que le pidieron que nunca más volviera a la casa paterna si se hacía católica). Ella se había convertido en 1862, 4 años antes de su ingreso en esta congregación. Mary Wilson fue enviada a Louisiana para hacer su noviciado, ya que el clima más templado y suave de esta región beneficiaba su débil salud. Llegó el 20 de septiembre y ya el 20 de octubre, en la fiesta de “Mater Admirabilis” se hizo la vestición. El santo se le manifestó visiblemente y le alcanzo del Señor la curación completa de una enfermedad mortal, ya tenía un tipo de hemoptisis. El milagro ocurrió justo 2 años después de la guerra civil. Madre Wilson estaba prácticamente desahuciada (el capellán, le iba a dar los últimos sacramentos como extremaunción) y en lo peor de su enfermedad pidió la intercesión de San Juan Berchmans. Ella misma cuenta “Vomitaba sangre 2 a 3 veces al día, fiebre permanente, y cefaleas constantes. Ya no podía comer ni una onza de alimento en 40 días. Sólo tomaba un poco de té o café. Las últimas semanas el médico dijo que no valía la pena seguir dándome medicinas. Los últimos días ni una gota de agua. Mientras celebraban la eucaristía, Sor Mary en un acto de audaz confianza, ya que no podía hablar, puso la estampa del santo en su boca y pidió en su mente “Ser incapaz de hablar” dije en mi corazón. “Señor, puedes ver mi sufrimiento y ya que tu puedes hacer milagros, por la intercesión del Beato Juan Berchmans haz uno para mí, o si no creeré en ti, deseo ser religiosa del Sagrado Corazón para anunciar el evangelio de ese corazón bondadoso, a todos, pero con esta salud...no llegare a la profesión de votos" y "si no me consigues la salud, al menos dame alivio en mis sufrimientos o paciencia hasta el final", lo dije sin escrúpulos ni temor de ofender a Dios, con la mas absoluta confianza y escuché una voz que dijo, "abre la boca" y sentí como si alguien pusiera por un momento su dedo índice sobre mi lengua enferma, tenía la boca llena de sangre coagulándose y desde ese momento empecé a sentir cada vez más fresco" Después escuche, "Hermana, conseguirás el habito que deseas, sé fiel. Ten confianza en la bondad infinita del Corazón de Jesús. No tengas miedo, ten confianza,”. Todavía no había abierto los ojos, no sabia quién estaba a mi lado y pregunté ¿Madre Moran, estoy curada? Entonces vislumbre a alguien con una taza en la mano y luces alrededor de él. Cerré los ojos y pregunte: ¿"es el Bto. Juan Berchmans? Él contestó: Sí, vengo por la orden de Dios, tus sufrimientos han terminado ¡no temas! Para gloria de este beato, cuyo nombre sea siempre bendito considero mi deber declarar que nunca he vuelto a experimentar ni el más mínimo regreso de mis dolencias, y pude seguir haciendo la vida de religiosa que llevaba, los horarios, los trabajos. Así es que después de 2 meses de crueles sufrimientos y gran debilitamiento de la fuerza física, sin alimentos, estuve en un instante con la salud perfectamente restaurada sin tener necesidad de convalecencia y pude comer de todo indiscriminadamente, después que en 38 días apenas pude tomar agua” al terminar la misa la Rvda. Madre entró a ver a la enferma a la que había dejado antes sin hablar y ya en condiciones para morir y no podía creer cuando la misma Sor Mary, le dice "Madre, estoy sana, puedo levantarme", (ya que hace días no podía siquiera hablar), corrió alarmada a comprobar que efectivamente todas los síntomas y marcas de la enfermedad habían desaparecido. Tenía los ojos risueños, hablaba con fluidez, movía todo su cuerpo con facilidad, todo demostraba el mejor estado de salud. “El Dr. Millard fue llamado a verme esa noche y cual fue su sorpresa al verme acercarme a él en la puerta, se fatigó y casi se desmaya por la impresión. La Rvda. Madre aproximándole una silla por que lo veía desvanecerse le dice: ¡es usted, doctor, el que necesita una silla! Fue el mismo que certificó que me encontraba en un perfecto estado de salud. Luego preguntó si había comido algo, mostrándosele la bandeja con el plato recién ocupado de mi cena, expresó nuevamente su sorpresa declarando que era imposible por medios humanos producir ese efecto. Dr Millard de la declaración jurada de 4 de febrero de 1867, dice lo siguiente: "El no ser capaz de descubrir cualquier marca de convalecencia, pero un regreso inmediato a la salud de uno más grave y dolorosa enfermedad, no estoy en condiciones de explicar por la transición cualquier ordinarias leyes naturales."
El milagro de la, Madre Wilson es el que se presentó para la canonización del joven jesuita. Esta habitación fue convertida en un "santuario" dedicado a este santo. Curiosamente es el único lugar en EE. UU. que el mismo sitio del milagro
es convertido en un santuario.