14.5.06

15 de Mayo - San Isidro Labrador


* vale la pena visitar www.congregacionsanisidro.org

Se celebra hoy a San Isidro Labrador (1070-1130). Humilde campesino que vivió cerca de Madrid como siervo del conde Juan de Vergara, aprendió lo que hoy los teólogos llaman: "ejercicio de la presencia de Dios", que es la capacidad que puede adquirir un hombre por medio del ejercicio, para dirigir la atención simultáneamente a dos cosas diferentes: a Dios y al trabajo. Nunca visitó una escuela, sin embargo poseía la sabiduría de aquellos que han sido iluminados por la luz de Dios. Vivió en medio de la pobreza, como todos sus compañeros, sin embargo, sabiéndose amado profundamente por Dios, se sintió siempre rico, de manera que todos encontraron acogida en su casa rústica de piedra. Su tumba se encuentra en Madrid y ha sido visitada por la cristiandad de todo el mundo. El ejemplo de nuestro santo, nos mueve a valorar nuestros lugares de trabajo, y nuestro trabajo en sí. En medio del inconformismo en que muchas veces nos vemos envueltos, a pesar de trabajar la mayoría de nosotros en ambientes muy cómodos, la vida sencilla de san Isidro es un acicate para encontrar gusto en nuestros lugares de trabajo y para aprender, como él, a dirigir nuestra atención a Dios y nuestra labor cotidiana. Hagamos frecuentemente una pausa en medio de nuestra actividad para recoger nuestros sentidos y entrar en la presencia de Aquel que sabemos que nos ama.

San Isidro Labrador nace en Madrid el 4 de abril de 1082, donde vive humildemente con su familia hasta que, ante la inminente invasión árabe, se traslada a Torrelaguna. Allí se casa con Santa María de la Cabeza, en el 1109, y 10 años después regresa a Madrid para trabajar como criado para la familia Vargas, viviendo en la casa que ésta tenía para los mozos de labranza, junto a la parroquia de San Andrés. Allí nace su único hijo, Juan.

Labrador y carpintero de vida sencilla, marcada por una profunda fe y devoción a la Virgen, y espíritu caritativo. Todos los días, de madrugada, acudía a la iglesia de Santa María de la Concepción, hoy Catedral de la Almudena, y a la ermita de Santa María Magdalena, por la que tenía especial devoción. Por la tarde, repetía sus itinerarios marianos, lo que provocaba las críticas de algunos de sus compañeros, que le calumniaban por tener abandonado el trabajo. Además de esta vida de oración y este fervor por la Virgen, se consagró a los pobres, con la ayuda de su mujer, que compartía con él su amor por los más necesitados.

Sus milagros, muy sencillos, se correspondían con su tipo de vida. Así, una vez hizo brotar un torrente de una roca, para dar agua a su amo sediento. Salvó con sus oraciones a su hijo Juan, que cayó a un pozo, del que fue salvado milagrosamente. Su patrón fue testigo de algunos de estos milagros, por lo que cuando San Isidro murió, el 30 de noviembre de 1172, a los 90 años, todos lo consideraban ya un santo.

Enterrado primero en el cementerio de la parroquia de San Andrés, fue trasladado a la Iglesia, ya que la lluvia desenterró su cuerpo incorrupto. Alfonso VIII en 1212 mandó que hicieran un arcón para enterrar su cuerpo. Allí permanece hasta 1619, fecha en que es beatificado por la Santa Sede, con 438 milagros aprobados. Pablo V firma el decreto y se fija su fiesta para el 15 de mayo. Fue canonizado en 1622 por el papa Gregorio XV. En tiempos de Carlos III, su cuerpo se traslada a la Colegiata donde se encuentra hoy.

El 11 de agosto de 1697, Inocencio XII declara a su mujer Beata, y en 1752 es proclamada como Santa María de la Cabeza.

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