2.1.14

"como los ríos que entran en el mar plenísimo de ella"

"El que nació del Padre antes de todos los siglos en tiempo, vestido de humanidad, dejando a esta Santísima Virgen después de su nacimiento mucho más pura y santa; que si antes que de ella naciese era purísima, como iban inmensamente en ella creciendo los merecimientos y plenitud de gracias, como los ríos que entran en el mar plenísimo de ella, que estaría tan cercana y conjunta a Dios esta gracia de la Encarnación del Verbo Divino y nacimiento della, hecho carne, tomada de su purísima carne, tanto más le aumentó en una inmensa santidad y grandeza cuanto se obró ya, en efecto, este bien infinito, para que de dios fue elegida esta Señora y Virgen perpetua. Nació della tomando el dote e sutileza; el que le da a los cuerpos gloriosos en el cielo, le tomó para sí aquí, como era justo y debido al nacimiento nuevo, según la humanidad del Verbo Encarnado, Único Hijo de Dios, y apareció la benignidad y humanidad de Dios Nuestro Salvador, no por las obras de justicia que nosotros hicimos mas según su infinita misericordia nos hizo salvos; apareció el Verbo incomprensible de Dios cubierto con el velo de la carne de un niño hermosísimo, más que todos los hijos de los hombres ceñido con fajas que le puso su Madre Santísima, El que extendió los cielos que El crió y la tierra, y todo lo sustenta; reclinándole en un pesebre y teniéndole en sus virginales brazos, sustentándole con sus pechos virginales proveídos del cielo con leche para criar al Creador de todo; salió de su vientre virginal también en resplandores santos, pues todo fue lleno de resplandores de gloria este santo nacimiento, como nacimiento de Dios Humanado; así dijo San Juan: 'El Verbo es hecho carne y vimos su gloria como Unigénito del Padre'" M. Cecilia del Nacimiento, carmelita descalza Valladolid 1570 - 1646.

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