29.3.10

La casa se impregnó con la fragancia del perfume.


María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume. (Del Evangelio según San Juan 12,1-11, lectura de hoy.)

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