25.10.06

25 de Octubre Santos Crisanto y Daría, esposos




Chrysanthus y Daria

Mártires romanos, enterrados en Via Salaria Nova. Según el testimonio de las guías itinerarias de los mártires romanos, sus tumbas son de veneración pública. (De Rossi, "Roma Sotterranea", 176). Cerca de la tumba de San Saturnino fue ubicada una tumba, construida sobre la catacumba de Tarso (coemeterium Thrasonis ad S. Saturnium). Su tumba fue hecha en un cajo de arena (arenaria) cerca de esta catacumba.

Los dos mártires eran reverenciados en Roma en el cuarto siglo, como el aspecto de sus nombres en las pruebas "Martyrologium Hieronymianum".

Los actos existentes de estos Mártires no tienen valor histórico. Se originaron a partir del siglo V, y se compilan en dos textos: uno largo escrito originalmente en griego y traducido al latín, y uno más corto, en latín.

Los avisos históricos de Chrysanthus y de Daría en las históricas martirologios del oeste, como en el synaxaria griego, van de nuevo a la leyenda que hace Chrysanthus a hijo noble Polemius de Alejandría. Él vino a Roma con su padre y fue convertido por el presbítero Carpophorus. Todo esto fue realizado con la intención de hacerle apostolado. Daría, una hermosa e inteligente Vestal, se convirtió gracias a Chrysanthus, posteriores éstos contrajeron una unión matrimonial virginal. Muchos romanos y romanas se convirtieron por su testimonio, entre ellos el tribuno Claudius, y su esposa Hilaria y sus dos hijos Maurus y Jasón. Todos estos, a excepción de Hilaria, sufrieron el martirio. Chrysanthus y Daría fueron condenados a muerte. Fueron conducidos a una caja de arena vía Salaria y allí fueron apedreados hasta su muerte.

Esta leyenda está conectada evidentemente con un número de mártires romanos, cuyas tumbas son veneradas en las catacumbas de Via Salaria, cerca de las de Chrysanthus y de Daría. La historia, aparte de el hecho asegurado de su martirio y de la veneración de sus tumbas, tiene, quizás, un grado de valor histórico, por asignar la fecha al reinado del emperador Numerianus (283-84). Si bien esto no fue una regla en Roma, algunos historiadores creen (por ejemplo, Allard; vea abajo) que el nombre es Valerianus, transfiere el martirio a la persecución bajo el gobierno de este emperador. Pero quizás el nombre de Numerianus debería ser adherido, y el origen de esta indicación debe ser encontrada en la leyenda de un mártir oriental que tiene el mismo nombre. Hay otro martirio conectado de cerca con la tumba de los dos santos, que esta relacionado con el final de los actos de estos mártires. Después de la muerte de Chrysantus y de Daría, cuando muchos de los fieles de Roma fueron sorprendidos por sus perseguidores mientras se encontraban en las tumbas de los mártires recordando el aniversario de su muerte. Éstos otros cristianos fueron montados en una cripta subterránea con piedras para que fallecieran.

Cuando fueron localizadas las tumbas de los Santos Chrysanthus y Daría se vieron en el interior los huesos de estos mártires, acompañados por los recipientes de plata litúrgicos, que utilizaron para la celebración de la Eucaristía. Todo esto fue dejado en el interior de la tumba y se dispuso de una pequeña en la pared para que los fieles puedan ver la tumba con sus huesos. Esta tumba, al igual que muchas otras, fueron adornadas por el Papa Damasus, quien grabó poemas de alabanza en mármol sobre las tumbas.

Gregory de Tours describe este santuario en un capítulo interesante de su "De gloria martyrum", I, xxxviii (P. L., LXXI, 739). Durante las invasiones del Goths el santuario fue profanado, pero fue restaurado más adelante, como inscripción métrica compuesta en aquella época y falsamente atribuido a Papa Damasus, afirma Tours. En el siglo VIII, los restos de los Santos Chrysanthus y Daría fueron trasladados a Prum, por lo tanto, transferidos a Munstereifel en Prussia, donde aún tienen gran veneración. La fiesta de estos santos se celebra en la Martirologia romana el 25 de octubre, en el día, también, aparece en algunos martirologios que fechan a partir del séptimo siglo. En el "Martyrologium Hieronymianum" los mártires fueron mencionados el 12 de agosto y 29 de noviembre; según algunos manuscritos, en otros días también. Los Griegos celebran su fiesta el 19 de Marzo.

J.P. KIRSCH

Trascrito por Joseph P. Thomas.

1 comentario:

manán dijo...

Entre los muchos ilustres Mártires que hacia la mitad del tecer siglo, imperando Numeriano, derramaron su sangre por la fe de Jesucristo, fue uno de los más célebres el invicto San Crisanto. Era natural de Alejandría; y habiendo venido a Roma su padre Polemio, caballero muy estimado del Emperador, trajo consigo a su hijo. Se vieron precisados a fijar su residencia en aquella ciudad por los honores que recibieron en la misma. Polemio se hizo senador de Roma.

Crisanto era muy inclinado a la lectura y se quejaba de no encontrar en los antiguos filósofos cosa alguna que le satisficiese. Se le vinieron a las manos los libros sagrados de los cristianos, y sobre todo los del Sagrado Evangelio. Ansioso de ser instruído en aquellas divinas verdades deseó encontrarse con algún maestro hábil que le ayudara a entender la Escrituras. Un santo presbítero llamado Carpóforo comenzó a instruir a Crisanto en la doctrina de Cristo hasta que acabó de convencerle y de convertirle. Crisanto declaró que quería ser cristiano: pidió con instancia el Bautismo; y después de suficientemente instruido, le recibió.

Crisanto ya no se dejaba ver en las concurrencias profanas, ni en los juegos públicos. La gente comenzó a sospechar que ya no era gentil porque se relacionaba mucho con los cristianos. Quiso su padre aclarar este punto, y oyó de la misma boca de su hijo, que al fin había encontrado la verdad. Su padre se quedó sumamente sorprendido y se comenzó a encolerizar. Mandó encerrar a su hijo en un terrible calabozo, resuelto a dejarle morir en él de hambre. Pasados algunos días, habiéndole hallado no sólo incontrastable en la fe, sino encendidamente ansioso de dar su vida por amor a Jesucristo, cambió Polemio de idea, y discurrió valerse de otro artificio.

Mandó Polemio que sacaran a Crisanto del calabozo, que le trasladasen a una magnífica sala, adornada con preciosos muebles, y en ella le dejó encerrado con muchas damas cortesanas, de las más jóvenes, de las más bellas y de las más desenvueltas, todas bizarramente vestidas. Crisanto pidió ayuda a Nuestro Señor y fue prontamente oído. En el mismo punto que entraron en la sala todas aquellas doncellas, se apoderó de ellas un sueño o una modorra tan profunda, que fue preciso sacarlas a todas de la pieza sin sentido y como muertas. Se atribuyó este maravilloso suceso a hechicería de los cristianos.

Polemio se ganó a una doncella consagrada a la diosa Minerva, llamada Daría, y sobre estar dotada de una extraordinaria hermosura. La persuadió para que admitiese a su hijo por esposo y al mismo tiempo lo convenciera de que dejara el cristianismo. Cuando Crisanto la conoció se enamoró de ella y comenzó a hablarle a Daría de lo inútil del paganismo y de las verdades de la doctrina de Cristo. Tanto se conmovió Daría que pidió ser bautizada. Se le administró el Bautismo en secreto después de haber sido instruida y demostró ser una de las más fervientes cristianas. Convinieron los dos en casarse con la condición de que habían de guardar virginidad hasta la muerte. Polemio ignoraba este misterio, y se quedó tranquilo luego que se efectuó el matrimonio, no dudando que Daría, a quien siempre consideraba gentil, reduciría a Crisanto a que no fuese cristiano.

Aprovecháronse ventajosamente en beneficio de la Religión de lalibertad que los dos castos esposos gozaban en la ciudad. Procuraban informarse de las necesidades espirituales y corporales de los cristianos, y todas sus visitas eran excursiones de misericordia y de caridad. Crisanto y Daría fueron delatados, los arrestaron, y queriendo convencerse de la verdad el tribuno Claudio, ordenó que Crisanto fuera conducido al templo de Júpiter para ofrecer en él sacrificio; y en caso de resistirse, que fuese despedazado a azotes como un esclavo vil, pues por el mismo hecho se hacía indigno de la gracia del Emperador.

Se ejecutó la sentencia. Crisanto se burló del ídolo. Lo desnudaron a la misma puerta del templo, le azotaron tan inhumanamente, que se le descubrían las entrañas; y sin un milagro hubiera perecido con aquel tormento. Lo llevaron después a un calabozo, que servía de letrina a los presos de la cárcel, tan asqueroso por su inmundicia como intolerable por su fétida hediondez; pero apenas entró en él el Santo Mártir, cuando su lobreguez se convirtió en un resplandor celestial y su hedor en una suavísima fragancia. Dieron orden a los verdugos de que lo azotaran por segunda vez con varas de hierro, pero apenas las tomaron en las manos, cuando se ablandaron de manera que no les fue posible servirse de ellas. A vista de este segundo prodigio quedó tan asombrado el tribuno, que confesó no haber otro verdadero Dios que el Dios de los cristianos, y en el mismo punto se convirtió. Informado el Emperador, se irritó tanto, que mandó fuesen al instante degollados todos los que se habían convertido con aquellas maravillas, y que al tribuno Claudio se le arrojase al Tíber; lo que al momento se ejecutó.

San Crisanto fue restituido a la cárcel, mientras a Daría se la arrastraba a un lugar infame para ser afrentada en él. Salió un león de su jaula, forzando las rejas y la puerta, y se fue derecho a postrarse a los pies de la Santa para defenderla contra todo insulto de los libertinos. Ninguno tuvo aliento para arrimarse a ella después que vieron la furia con que la fiera se arrojó sobre un insolente que tuvo este atrevimiento; y hubiera perecido en sus garras a no haberle libertado las oraciones de la misma Santa, cuyo duplicado milagro le convirtió. El tirano mandó que le prendiesen fuego al cuarto donde estaba Daría, para que ella y el león que la guardaba se redujesen a cenizas; pero el león marchó sereno y sin lesión por medio de las llamas, recogiéndose derecho a su jaula sin hacer daño a persona alguna. El cuarto de la Santa quedó abrasado; pero a Daría no le tocó el fuego ni siquiera a un pelo.

El mismo prodigio se obró en favor de Crisanto; porque habiendo ordenado el Juez que le abrasasen los costados con hachas encendidas, aplicadas éstas no hicieron el más mínimo efecto. Avergonzado al fin el tirano, mandó que los sacasen a un campo fuera de la ciudad, en él eran enterradas vivas las vírgenes vestales convencidas de incontinencia, y en el mismo consumaron su glorioso martirio los dos Santos Mártires, siendo enterrados vivos en un arenal el día 25 de octubre, hacia el año 284.