29.7.06

Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte


El evangelio de hoy dice:
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
Lucas 10, 32-42.
Marta, era hermana de Lázaro y se supone que de una María, que podría haber sido la Magdalena, la misma de la que ha hablado los del "Código da Vinci".A veces se le representa sosteniendo en sus manos la Biblia y una calavera símbolo del milagro que Jesucristo hizo con su hermano: "resucitarlo después de cuatro días sepultado". Marta era una "Santa", creyente en Dios, y la cual acompañó y presenció con sus tristes lamentos y abundantes lágrimas el dolor de la Virgen María, al ver a su Hijo muerto en sus brazos. También concurrió con María Magdalena y otras piadosas a rendir al cadáver de Jesús los últimos honores dándole decente sepultura con la mayor veneración. Marta habría visto a Cristo después de su resurrección, y luego la venida del Espíritu Santo del cual recibió sus dones en el Cenáculo. Santa Marta fue perseguida por los judíos y desterrada con sus hermanos, metidos en un navío sin mástiles, timón ni aparejo alguno, expuestos al arbitrio de los vientos y olas del mar, les parecía ser el mejor medio para deshacerse de ellos, ya que Lázaro era milagro visible de Aquel a quien ellos habían matado. Santa Marta y sus hermanos llegaron al puerto de Marsella donde predicaron su fe, pero movida por las lágrimas de Tarascón y pueblos de alrededor, los libró del monstruoso dragón que estaba devorando a un hombre. Agradeciendo su hazaña construyeron un monasterio. Santa Marta murió el día que Jesús le reveló, después de una lenta calentura.

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