Joven aún, desprecia las galas y pasatiempos, dándose de lleno a la piedad y obras de misericordia. Precisamente este celo por el bien de sus semejantes fue el que la movió a fundar el Instituto de religiosas Adoratrices del Santísimo Sacramento. Como ya su nombre lo indica, sus religiosas imploran las misericordias del Señor por medio de la adoración perpetua a la Sagrada Eucaristía.
Víctima de su caridad, murió en Valencia, segada por el cólera, que contrajo en la asistencia voluntaria a los apestados (1865).
3 comentarios:
Tengo chalas nuevas y me costarón muy baratas.
Saludos,
pm
Hacía tiempoo que no venía, Manan.
Es extraño leerte, y grato. El texto de Dios en la ciudad está bellísimo. La ciudad es una imagen tan potente para nosotros, ¿no?
Un abrazo
Manán y si hablamos de Simone Weil, un conocido me dijo que había un stencil de ella en la calle el otro día, casi había olvidado su existencia ¿te apareces o no?
Publicar un comentario