18.4.06

Emaús


Lucas 24,13-35

Lo reconocieron al partir el pan

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."

Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

3 comentarios:

nadie dijo...

bastantes sacro y un buen refugio para cuando se siente la rabia impotente o el dolor

manán dijo...

rabia impotente...rabia imponente. Ví que Magda te comentaba acerca de Alejandra del Río, también es una de mis "devociones". Te dejo un pedazo de
"Dios es el Yotro".

EL YOTRO ES EL DIOS QUE TIENES AL LADO / DIOS ES LA GRAN MIRADA DELIRANTE / DIOS ES LA SIMULTANEIDAD / EL YOTRO SUCEDE SIEMPRE AL MISMO TIEMPO DEL YOTRO / EL YOTRO ES LA UNIDAD DE UN PENSAMIENTO AL PENSAMIENTO UNIVERSAL / EL YOTRO CONTIENE EL UNIVERSO / EL YOTRO SE REPITE EN CADA UNIVERSO / DIOS ES EL YOTRO

nadie dijo...

Manán gracias por alejandra, ese yotro, como el misterio por el que tanto preguntaba... quisiera darte algo también, algo puesto en el blog el 26 de diciembre, cuando me embriagaba más el dolor que la rabia y deseaba que otros hablaran por mí:


XI
Porque el sol con luz adentro te lamerá las lánguidas
Lenguas que todo vuelva a ser como las flores
Que todos los santos dios mío que todos los santos
Se rediman en el dolor deste inferno para que el amor
Te digo lama las llagas e la santa locura de la santa
Locura de la santísima locura de tus santos.


Rafael Rubio - Madrugadro Tardío